Cuando pensamos en animales que son mascotas, probablemente la primera imagen que se nos venga a la mente sea la de un perro. Y no es de extrañarse, pues estos animales peludos de cuatro patas han acompañado el caminar del humano por más de 12,000 años (Vancore, 2021), inclusive algunos autores sostienen que fueron los primeros animales en ser domesticados.

¿Pero qué es un perro? ¿De dónde vienen? y ¿Cómo es que llegaron a convertirse en el mejor amigo del hombre?

Este artículo tiene como objetivo responder esas preguntas y unas cuantas más. Para lograr esto, comenzaremos con entender qué tipo de ser vivo es el perro y cómo es que la ciencia de la taxonomía lo clasifica. Para después hablar sobre quienes fueron sus ancestros y conocer el origen de esta especie. En un tercer apartado buscaremos entender la relación tan cercana que hay entre los perros y los humanos, primero indagando sobre cómo fue el proceso de domesticación de estos animales; y segundo su relación y las funciones que ha desarrollado a lo largo de la historia de la humanidad, hasta llegar a ser los grandes compañeros que son hoy en día.

Taxonomía y principales características del Perro 

Las características principales de los seres vivos que son parte del reino animalia es que poseen células eucariotas (dicho de otra manera son células con un núcleo definido^[1]), son pluricelulares, su alimentación es heterótrofa (en otras palabras que se alimentan de otros seres vivos), tienen tejidos especializados, su respiración es aerobia, se reproducen de manera sexual o asexual, y tienen movilidad (por lo menos en alguna etapa de su crecimiento) (UNAM, 2021).

El filo al que pertenecen los canes es chordata lo que quiere decir que cuentan con una columna vertebral; la clase es mammalia o mamífero, en esta categoría entran aquellos animales que poseen glándulas mamarias y que producen leche para alimentar a sus crías. Son del orden carnívora, puesto que presentan adaptaciones anatómicas orientadas hacia una dieta a base de carne (Garrido y Arribas, 2008). Y al ser de la familia canidae sus cuerpos son musculosos y flexibles, generalmente de piernas largas y delgadas, con los sentidos del olfato y oído bien desarrollados, también se caracterizan por tener cuatro dedos en las patas posteriores y cinco dedos en las patas anteriores (Wallace et al, 2014).   

Si bien hay muchos tamaños, formas y colores de perros, lo que nos puede hacer creer que no están relacionados entre ellos, todos son de la misma especie Canis. Lo que los hace ser genéticamente idénticos, con las mismas características anatómicas; todos los perros tienen 39 pares de cromosomas, la temperatura normal de un can adulto ronda entre los 37 y 39 grados centígrados, poseen 321 huesos y 42 dientes (12 incisivos, 4 caninos, 16 premolares y 10 molares) (Vancore, 2021).

Origen del Perro

El origen del perro se remonta a unos 60 millones de años atrás, en la época del Eoceno. Paleontólogos y arqueólogos encontraron que en ese tiempo existió un mamífero parecido a una comadreja llamada Miacis quien es el ancestro más antiguo de los canes. Si bien, dicho animal no dejó descendencia directa, evolucionó a un Cynodictis, que a su vez dio lugar al Tormarctus de donde se deriva la familia Canidae (Ramírez et al, 2019). Gracias a estudios genéticos se sabe que el perro desciende de los lobos (Canis) y de algunos otros linajes de lobos que hoy en día ya están extintos.

Actualmente siguen existiendo distintos supuestos sobre cómo se dió esta evolución. Hay investigadores que soportan la teoría de que dicho proceso sucedió exclusivamente con el Lobo Gris (Canis lupus) y en un área determinada, y fue de ese lugar de donde los perros fueron expandiéndose y distribuyendo alrededor del mundo. Autores como Guo-Dong Wang et al, mantienen que los primeros perros aparecieron en Asia del Este hace 15,000 años, incluso antes de que la agricultura sucediera. Y que a partir de ahí comenzaron su diáspora a lo largo del mundo, primero por Asia central, el norte de China y el Ártico Oriental, después por África, el Medio Oriente y el Ártico Occidental, y de forma más reciente hace 10,000 años por Europa y América (2016).

No obstante, existe otra corriente de autores que ponen en tela de juicio los resultados que arrojan estudios que solo se basan en la genética. Pues dichas investigaciones catalogan las razas según su genética para definir qué perros son más antiguos y por ende más cercanos al lobo gris, y así dictaminar cómo y dónde es que se dió la evolución. Sin embargo, investigadores han encontrado que ninguna de estas razas “antiguas” provienen de los lugares donde se han encontrado los restos arqueológicos más antiguos, ni del rango natural del Canis lupus; y por último, se cree que debido a que dichas razas viven en lugares más aislados y de difícil alcance es lo que ha permitido que su ADN no difiera tanto del de los lobos (Larson, et al. 2012).

A pesar de que no hay una opinión en común respecto a si la evolución del perro fue un solo evento localizado, o múltiples y en diferentes lados del mundo. Si hay más consenso respecto a cómo se dio el proceso de domesticación, el cual estuvo conformado por tres momentos. Se entiende que fue un proceso largo y lento, donde los lobos fueron los primeros en acercarse cautelosamente a los humanos, principalmente para robar las presas o comerse las sobras de lo que estos últimos cazaban, estableciendo una relación comensalista. Y paulatinamente los lobos comenzaron a experimentar oleadas de selección de fenotipos que gradualmente favorecieron el fortalecimiento de un vínculo más fuerte con el humano. A esta etapa se le conoce como auto-domesticación (Wang et al, 2016).

El vínculo entre los humanos y los perros con el paso del tiempo fue robusteciendo, los antiguos pobladores entendieron que podían volverse aliados y ayudarles en la caza. Se cree que esta relación es uno de los motivos por los cuales los perros comenzaron a distribuirse por el territorio. La segunda etapa de domesticación llegó junto con el descubrimiento de la agricultura en el Neolítico, de ser nómadas los humanos crearon pequeños asentamientos donde cultivar su alimento, no solo plantas pero también animales. Ante esto los humanos se encontraron con la necesidad de protegerse a ellos y a su ganado de otros depredadores, por lo que ciertas características y actitudes de los perros fueron más valoradas y buscadas, es en este momento donde el humano de forma intencionada comenzó a buscar estas cualidades y a inferir en el proceso evolutivo (Vancore, 2021).

La tercera etapa de la domesticación, sucede cuando el humano de forma consciente e intencionada comienza a realizar series de intensa selección de diversos rasgos fenotípicos para crear las distintas razas según las necesidades y deseos específicos. Restos de fósiles encontrados, sugieren que para principios de la Era de Bronce, ya existían cinco razas al menos: mastines (guardianes), perros parecidos a los lobos, perros para la caza, perros para pastoreo y perros sabuesos (Vancore, 2021).

Para 1800 los humanos intensificaron la presión de selección que ejercieron sobre la especie canina basados en el fenotipo (Koscinczuk, 2017), y es en este periodo cuando se consolidaron la mayoría de las razas. Hoy en día existen aproximadamente 400 razas puras^[2] en el mundo, y diversos clubes que se dedican a clasificarlas. Constance Vancore en su artículo para la Enciclopedia Británica (2016) utiliza el sistema de clasificación del American Kennel Club, el cual ordena las razas de acuerdo a lo que fueron creadas, a continuación se expondrá de una forma breve y concisa estos siete grupos.

Perros deportivos y de muestra. En esta categoría entran aquellas razas de perros que fueron concebidos para recuperar los animales después de la caza o pesca deportiva. Es por eso que tienen un buen olfato, les gusta el agua, y saben señalar hacia donde está la presa. Algunos especímenes son: Pointers, Retrievers, Weimaraner, Spaniels, entre otros.

Perros sabuesos. Estos perros también asisten en la cacería. Destacan sus cualidades para rastrear pues cuentan con un olfato muy desarrollado, y algunos otros con una gran vista. Esta categoría abarca desde los perros Salchicha quienes fueron desarrollados para cazar tejones; hasta el perro Crestado Rodesiano concebido en Sudáfrica como apoyo en la cacería del león.

Terriers. La mayoría de las razas que entran en esta categoría fueron criadas en Inglaterra con el objetivo de liberar de alimañas y roedores a los graneros. Debido a que tenían que caber en madrigueras y cavar bajo tierra, su tamaño es relativamente pequeño, y sus pelajes suelen ser ásperos y de bajo mantenimiento. A diferencia de los sabuesos que por lo general sólo encuentran a su presa o la persiguen, los terrier fueron criados para llevar a cabo la matanza. Algunos especímenes son: Bull Terrier, Jack Russell Terrier, Miniature Schnauzer.

Perros de trabajo. Los perros que entran en esta categoría varían de tamaño, no obstante, todos son de complexiones robustas y musculosas. En este grupo, se encuentran todos aquellos que fueron criados para servir a los humanos de formas prácticas, ya sea para tirar de un trineo, rescatar personas, proteger y servir de guardián, ser perro lazarillo o de apoyo emocional, entre otros. Algunas de las razas que entran en ese grupo son: Bernés de la Montaña, Gran Danés, Bóxer, Alaska Malamute, Rottweiler, entre otros.

Perros de pastoreo. En esta categoría entran los perros criados para arriar, proteger y cuidar el ganado. A estas razas se les conoce por ser muy vivaces, inteligentes y llenos de energía. Debido a las labores que desempeñan son muy ágiles y rápidos. Dada su inteligencia y capacidad de leer e interpretar al humano, los hace excelentes perros guardianes, por lo cual es común ver que algunas razas como el Pastor Alemán y el Pastor Belga  sean utilizados por fuerzas de seguridad como policías y militares.

Perros de compañía y de juguete. Los perros que se encuentran dentro de estas categorías fueron criados como animales de compañía; diseñados especialmente para ser pequeños, portátiles, lindos y bondadosos. De hecho, muchas de estas razas fueron desarrolladas para la alta aristocracia alrededor del mundo, tal es el caso del perro Pekinés en China donde solo la familia imperial y alguna que otra nobleza podían poseer uno de estos animales, o el Cavalier King Charles Spaniel perro que solo la alta alcurnia tenía y que se dice era común ver a las damas con uno en las piernas cuando viajaban en carruajes para mantener el calor.

Perros no deportistas. Esta clasificación es una categoría general que alberga todas las razas que no encajan necesariamente en otro grupo, puesto que ya no desempeñan las funciones para los que fueron criados con anterioridad. Algunos de los ejemplares que podemos encontrar son: Chow Chow, Dalmata, Bulldog, Shar Pei, Xoloitzcuintle, entre otros.

Conclusión  

Como se mostró anteriormente, los perros nos han acompañado a lo largo de casi toda la historia de la humanidad, su relación con nosotros ha ido cambiando. De ser ajenos se volvieron aliados, para después ser utilizados como fuerza de trabajo. No importa de qué forma, estos cuadrúpedos han compartido su presencia y a partir de todos estos siglos de convivencia podemos decir que se ha generado un vínculo y entendimiento muy fuerte entre los perros y los humanos. A tal grado, que ya no son solo guardianes y pastores, sino que también salvan vidas: se vuelven rescatistas, lazarillos, perros de apoyo emocional, y porque no esa bolita llena de amor y alegría inagotable que nos alegra el día cada vez que regresamos a casa.

^[1] Para ver las diferencias entre célula eucariota vegetal y célula ecuariota animal ver http://objetos.unam.mx/biologia/celulaEucariota/index.html

^[2] Para ser considerada una raza pura es necesario que su genealogía pueda ser rastreada durante tres generaciones dentro de la misma raza.

Referencias

Asociación de Veterinarios Españoles Epecialistas en Pequeños Animales AVEPA. (s/f). Dentición en cachorros: determinación de su edad. Recuperado el 4 de mayo de 2021, De https://avepa.org/pdf/Informe_denticion_y_edad_perros.pdf 

Garrido, G. y Arribas, A. (2008). Generalidades sobre los carnívoros del Villafranquiense superior en relación con el registro fósil de Fonelas P-1. En Vertebrados del Plioceno superior terminal en el suroeste de Europa: Fonelas P-1 y el Proyecto Fonelas. Instituto Geológico y Minero de España : Madrid. ISBN  978-84-7840-764-4. Recuperado el 5 de mayo de 2021, De http://www.igme.es/epvrf/docs/FON-11.pdf 

ITIS Report. (2021). Canis lupus familiaris. Recuperado el 6 de mayo de 2021. De https://www.itis.gov/servlet/SingleRpt/SingleRpt#null

Larson, G., Karlsson, E., Perri, A., et al. (2012). Rethinking dog domestication by integrating genetics, archeology and biogeography. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America. Recuperado el 12 de mayo de 2021. De https://www.pnas.org/content/109/23/8878?ijkey=232e95427e1fd6cf9f86d6b88b644c0998ee161c&keytype2=tf_ipsecsha#abstract-1

Koscinczuk, P. (2017). Domesticación, bienestar y relación entre el perro y los seres humanos. En Revista Veterinaria, 28(1), 78-87. ISSN 1669-6840

Ramírez, J. et al. (2019). Guía de Animales de Compañía para Dueños Responsables. UNAM : México. Recuperado el 12 de mayo de 2021, De http://www.paot.org.mx/micrositios/sabias_que/BIENESTAR_ANIMAL/pdf/Guia_Animales.pdf

UNAM. (2021). Reino Animalia. Escuela Nacional Colegio de Ciencias y Humanidades. Recuperado el 7 de mayo de 2021, De https://portalacademico.cch.unam.mx/biologia2/caracteristicas-generales-dominios-y-reinos/reino-animalia 

Vanacore, C. B. (2021). Dog. Encyclopedia Britannica. Recuperado el 8 de mayo de 2021, De https://www.britannica.com/animal/dog.

Wallace R. et al. (2014). Canidae. Capítulo 14. Mamíferos medianos y grandes de Bolivia. Recuperado el 10 de mayo de 2021, De https://www.researchgate.net/profile/Robert-Wallace-16/publication/268578283_Canidae/links/5482698b0cf2f5dd63a89a79/Canidae.pdf    

 Wang GD., Zhai,W., Yang, HC. et al. (2016). Out of southern East Asia: the natural history of domestic dogs across the world. Cell Res. Recuperado el 11 de mayo de 2021, de https://www.nature.com/articles/cr2015147#Sec1